Seguro que en tu calendario ya tienes tachadas las pruebas prioritarias de la temporada, dos o tres como mucho. Seguro que alguna de ellas ya está cerca. Seguro que has entrenado como una bestia para llegar lo más fuerte posible a ese día. Bien, ahora es momento de recordar que descansar también es entrenar. Pero ojo, no un descanso total, tendrás que seguir entrenando lo suficiente para mantener la forma física alcanzada pero sin producir una fatiga en el organismo que te perjudique el día de la prueba.
¿Cuánto descansar antes de una prueba? Según, no hay norma fija. Depende de los años que lleves entrenando, del tiempo que entrenes semanalmente, de tu propia experiencia, de la prueba a la que te enfrentes, etc. Lo que sí que es cierto es que es mejor llegar descansado de más que no pasado de rosca, así que si te confundes que sea por entrenar dos días menos que dos días más. Si dudas, descansa.
Una propuesta para los días previos, que no la única, sería la siguiente:
– A 21 días de la competición haber terminado el último bloque específico de cara a la prueba.
– Del 21 al 15. Tómate estos días como semana de «descarga». Descansa 1 ó 2 días más de los que suelas descansar normalmente y el resto de entrenamientos que sean de carga baja (volumen e intensidad bajos) con algún toque de intensidad media/alta para no «dormirte».
– Del 14 al 8. Hora de empezar a activarse. Simula la intensidad de la prueba cada 72 h aproximadamente pero sin pasarte de volumen. El resto de días que sean regenerativos. ¿Cómo simularlo? Según. No es lo mismo un triatlón sprint que una ultramaratón. Este punto es muy importante en larga distancia ya que es fácil cometer errores. Por ejemplo, aunque prepares una ultramaratón de 100 km no sería buena idea correr 50 km 15 días antes, salvo casos excepcionales de deportistas preparados que recuperen rápido y que estén acostumbrados a volúmenes muy altos.
– Última semana. Último simulacro de intensidad de carrera 4 días antes (martes si compites sábado, miércoles si compites domingo). Dos días antes de la prueba descanso total (jueves si compites sábado, viernes si compites domingo). El día antes de la prueba activación (ritmo regenerativo con algún toque de intensidad media/alta de corta duración). El resto de días entrenar a ritmos regenerativos o tomarlos como descanso si fuera necesario.
Resumiendo: las 3 semanas anteriores a una competición prioritaria toca bajar la carga de los entrenamientos, es decir, reducir el volumen y la intensidad de los mismos. Buscamos descansar para llegar en pico de forma a la competición, pero tendremos que entrenar lo suficiente para no acumular fatiga y mantener la forma.
Estos días previos seguro que tienes muchas ganas de entrenar ya que estarás descansado, pero contente. Puedes distraer la mente con otras actividades que son igualmente importantes que los entrenamientos:
– Diseñar la estrategia nutricional de la carrera.
– Diseñar la estrategia táctica de la carrera.
– Practicar capacidades técnicas que produzcan poca fatiga (bajadas cortas en carrera de montaña, transiciones en triatlón).
– Estudiar a fondo el recorrido de la prueba, memorizar puntos de avituallamiento.
– Hacer listado de material y alternativas según meteorología.
– Masaje de descarga deportiva.
– Leer reglamento completo de la prueba en la que participas.
– Etc.
Ahora ya solo queda dejarse la piel el día de la competición. Seguro que lo harás.
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