Me llamo Manu Sansegundo Romero y he ayudado a más de 250 corredores a conseguir sus objetivos.
¿Cuáles son los 3 secretos para haberlo conseguido?
- Tener siempre un contacto profundo con todos mis deportistas y hacer todo lo posible para entender y atender al máximo sus necesidades.
- Me formo constantemente y me mantengo actualizado en las ciencias del entrenamiento.
- Soy corredor de ultratrail y siento exactamente lo mismo que sientes tú en tus carreras y entrenamientos.
Soy Entrenador de Alto Rendimiento en Deportes de Resistencia (Universidad de Murcia), Especialista en Nutrición, Suplementación y Farmacología Deportiva (Universidiad de Barcelona) y Entrenador Personal (NSCA).
También soy Licenciado en Ciencias de la Salud (Universidad Complutense de Madrid). Es decir, soy un friki de la fisiología humana, bioquímica, metabolismo y otras ramas de la ciencia que son fundamentales a la hora de entender el entrenamiento profundamente.
Llevo practicando deportes de resistencia toda la vida. Además en los últimos años no he parado de competir en carreras de trail y ultratrail.
Me has visto en:
"Ayudo a corredores de ultratrail a entrenar de forma imparable, para que crucen cualquier meta que se propongan y disfruten del camino hasta alcanzarla"
"Buscaba a alguien que disfrutara con este trabajo y que me hiciese disfrutar a mi a la vez que me exprimiera. Llevamos un año trabajando y las mejoras han sido indiscutibles. Siempre consigue mi límite, pero con garantías”. Alejandro Ardanaz (2º clasificado Ultra Sierra Nevada 65k)
Venía de un año casi parado, entrenando poco y comiendo mal. Ahora me encuentro motivado, con ganas, con carreras en la mente y el apoyo de la familia.
Además he logrado ganar mi primer ultratrail. Rubén Buiza (1º clasificado Gran Trail "Las Graderas" 2016)
FORMA DE VIDA
ANTES DE EMPEZAR EL VIAJE
Picaba de todos lados pero no disfrutaba de ningún plato fuerte para alimentar mi alma deportista, una pena.
En la etapa final de la facultad algo hizo clic y ya empecé a engancharme al running y al triatlón.
Fue tal ese enganche que me di cuenta que no veía el deporte como un pasatiempo, si no como un estilo de vida y mi futura profesión.
Por eso decidí en este punto comenzar a especializarme en el entrenamiento de deportes de resistencia.
No veas la cara que se les quedó a mis padres cuando después de haber terminado la licenciatura de farmacia les dije: "pues mira, mejor me voy a especializar en ciencias del deporte".
Pobrecitos, ¡como les hago sufrir!
Por suerte con el tiempo han visto que era la mejor opción, mi mejor opción vital. Soy feliz siendo entrenador. Son felices viendo como ayudo a otras personas a alcanzar sus sueños.
EL INICIO DEL VIAJE
Retomemos el hilo: estamos en la época final de facultad, enganchado al running y al triatlón y descubro que el deporte es mi estilo de vida.
Como muchos otros triatletas y asfalteros sentía que algo me faltaba, o que algo me sobraba.
En mi caso me sobraba la bici ya que no terminaba de engancharme, y para el triatlón lo llevaba chungo si no entrenaba la bici como es debido.
También la natación me empezaba a pesar: seguir una línea azul durante miles de metros en el fondo de la piscina dejó de hacerme gracia.
Así que tuve una idea brillante: me apunté con mi amigo Alex a una carrera de montaña de 20km y 800m+, sin haber entrenado NUNCA en montaña.
He de decir que me lo pasé bomba en la carrera, pero también pasé las de Caín. En esa época yo entrenaba en el asfalto, y claro, no correr por debajo de 4’00”/km estaba mal visto.
Total, que salí a morir matando.
Te puedes imaginar que en el kilómetros 3 reventé, o incluso reventé antes, ya ni me acuerdo.
Lo que sí que me acuerdo es que luego estuve una semana sin poder moverme del dolor que tenía. Y esto es literal, no podía andar sin apoyarme en algo. Tuve que llevar muletas 2 días.
Pese al dolor me envenené. Fue suficiente esa 1 hora y 53 minutos haciendo el cabra por la montaña, para engancharme al trail running.
Y claro, como todo friki enganchado a algo, comencé a buscar información sobre el tema y llegó a mis manos un vídeo de Marathon des Sables (una carrera por etapas en el desierto del Sáhara).
Me dije, "Manu, correr 20km por la montaña es poco, vete al desierto y corre 250km".
Por suerte no estoy tan loco y me lo puse como reto a largo plazo. Después de los primeros 20km por montaña no quería irme al Sáhara a arrastrarme tristemente.
Era consciente que antes de abordar ese reto, tenía que alcanzar previamente otras metas menos ambiciosas.
Así que ahí estaba yo, enganchado ultratrail sin haber corrido todavía una sola carrera de larga distancia.
EL PRIMER ERROR
Hasta ese momento había competido mucho y disfrutado poco de entrenar, pero ahora todo estaba dando la vuelta.
Me lo pasaba como un niño pequeño entrenando, fantaseando con aventuras futuras, y competía muy poco.
Sabes de lo que hablo, ¿verdad?
Cuando encuentras tu sitio en un deporte, es algo brutal. Difícil de definir. No te hace falta ponerte un dorsal cada semana, solo te hace falta salir a correr todos los días.
Yo estaba sin retos en la mente, solo pensaba en poder llegar a correr 250km algún día. Con eso me era suficiente para salir a entrenar.
Pero un día un amigo mío me dijo: “Ey, me he apuntado a Transvulcania, vente”.
A mí me acojonaba el simple hecho de pensarlo. Era más fácil pensar en 250km dentro de 5 años, que no en 70km en menos de 12 meses.
Pero me dijo las palabras mágicas: “¿no hay huevos?”.
Y claro, salió el macho alfa que todos llevamos dentro y me tuve que apuntar (en esa época aun cachorro alfa, muy tierno estaba yo…).
Aclarar que Transvulcania son 73km y 4300m de desnivel positivo, y yo lo más que había corrido eran 20km y 800m+.
Y la carrera era en 7 meses.
Error.
TOCANDO FONDO
También definí el calendario previo a la ultra. En ese momento pensaba que lo estaba haciendo todo muy bien, pero nada más lejos de la realidad. ¡Menuda locura!
Como no quería ir a pelo a la carrera, decidí desvirgame en ultradistancia unos meses antes, claro que sí.
Me apunté a una carrera de 50km y 1700m+. Se dio bien, corrí ligero y entré en meta en el puesto 19. ¡Un buen inicio en ultratrail, sin duda!
Después de eso me creía el rey del mambo y que la ultradistancia no tenía misterios para mí.
Error, otra vez.
Los días siguieron avanzando rápido, mi ilusión crecía y yo cada vez tenía más ganas de correr esos 74km por montaña.
Logré llegar a meta en Transvulcania y fue una experiencia brutal, el cuerpo en el Nirvana. Pero la carrera me dominó a mí en todo momento, yo fui dando palos de ciego todo la carrera.
No comí bien, ritmos muy irregulares, vi como evacuaban a uno en helicóptero y pensaba: “mira, ese podría ser yo”.
Y más de 15 días para volver a ser persona y empezar a trotar algo.
Resumiendo: comencé a entrenar de cara a una carrera que no podía afrontar con garantías, llegué sin estar preparado y tirando de inconsciencia (que no de valentía), llegué a meta en condiciones pésimas.
En esos momentos las sensaciones fueron encontradas “yo no valgo para esto”, “no voy a correr bien una carrera tan larga en la vida”, “sufrir tanto, ¿para qué?”
Y otros tantos pensamientos negativos, que nos suelen abordar cuando las cosas no salen como uno piensa.
LA REVELACIÓN
Analicé mi situación y fui realista conmigo mismo: no estaba preparado para correr carreras tan largas y obtener buenos resultados.
¿Podía acabarlas? Sí, pero no en buenas condiciones.
Hay gente que está toda una vida para correr BIEN una maratón, ¿por qué yo iba a ser diferente e iba a poder correr carreras de 70km en 7 meses si lo más que corría antes eran 20km?
¡¡Es imposible!! Las prisas no son buenas compañeras de la ultradistancia.
Me di cuenta que me había dejado embaucar por los mensajes erróneos que veía en redes sociales a diario y en mi entorno.
¡Corre con la mente! Y una mierda.
La mente es muy importante, pero el que no entrena, se arrastra.
El que tiene prisa y se equivoca de reto, se arrastra.
¿Cuál fue la solución que encontré? Necesitaba volver atrás para seguir avanzando.
Mi objetivo de correr 250km en el Sáhara seguía en pie.
Pero era consciente que si no era sincero conmigo mismo y con mi estado de forma real, nunca iba a llegar a la meta.
Una época viví la obsesión de querer correr carreras muy largas, había perdido el foco completamente.
Lo que inicialmente fue una pasión saludable, se estaba convirtiendo en una obsesión inaguantable.
Era hora de rectificar o de convertirme en un corredor frustrado.
Logré sentarme a tiempo a planificar de forma correcta mi vida deportiva para los siguientes años, hasta la carrera por el desierto.
EL DESPERTAR
Como entrenador me pasaba el día analizando a mis deportistas, pero me había olvidado de mí, de mi salud y de mi trayectoria.
Genéticamente no soy un portento, pero gracias a esta organización logré tomar conciencia de mis ritmos y capacidades en carreras de ultradistancia.
Logré no perder el foco en ningún momento y saber que cada carrera que afrontaba, carrera para la que estaba preparado.
Podría salir mejor o peor, pero siempre llegando con los deberes hechos.
Empecé incluso a mejorar los puestos en los que quedaba, en algunos casos incluso en las primeras posiciones.
¡Ser realista con el estado de forma y planificar funciona!
CORONANDO LA CIMA
250km en 5 etapas en autosuficiencia con una mochila de casi 10 kg a la espalda.
Al ser una carrera en etapas, hay que saber correr a la intensidad adecuada para no acumular demasiada fatiga de un día para otro, y además comer y beber bien mientras corres y mientras estás en el campamento.
Es una prueba muy completa, donde demuestras de qué pasta estás hecho.
Montañas, dunas, llanuras de lagos secos, la soledad del desierto y tú.
Hacer una buena carrera no es fácil, hay que tener en cuenta muchas variables.
Los meses previos fueron muy divertidos y nuevamente de una tremenda ilusión.
Estaba llegando al destino del viaje que había empezado años atrás, cuando me enamoré perdidamente del ultratrail.
Lo iba a conseguir, me iba a convertir en uno de esos locos muy cuerdos que no se conforman y luchan por alcanzar sus sueños.
Pero esta vez no a cualquier precio.
Llegué preparado y corrí la carrera que merecían mi esfuerzo y dedicación.
Tuve fuerzas desde el primer kilómetro hasta el último y ejecuté la estrategia que había diseñado de inicio a fin.
Hubo momento duros, como en todas las ultras, pero puedo estar orgulloso: dominé la carrera y ella no me dominó a mí.
PARA TODA LA VIDA
No, a día de hoy todavía no corro carreras de 100km en una sola etapa.
No es lo mismo correr 250km en el desierto por etapas, que 100km de una vez por la montaña.
No estoy dispuesto a quemar fases de mi vida deportiva, no estoy dispuesto a NO ser la mejor versión de mí mismo en cada carrera.
No estoy dispuesto a hacer sufrir a mi pareja, ni a mi familia.
Y sobre todo, todavía no tengo la forma suficiente como para correr carreras de 100km de la forma que me gustaría hacerlo.
No tengo prisa.
No voy a parar, pero NO me voy a permitir volver a cometer errores una vez más.
La ultradistancia es una forma de vida…para toda la vida.
Mi objetivo es que tú seas mejor corredor de ultratrail de lo que soy yo.
Quiero que disfrutes desde el principio y que no cometas mis mismos errores, para que no pierdas el tiempo y no gastes balas en tus entrenamientos innecesariamente.
¿Comenzamos?
Conecta por Instagram conmigo y cuéntame tu historia, me encantará conocerla.